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una maravillosa comida dominical en la hermosa terraza del restaurante azul, que debe ser obligatorio para cualquiera que pase por la zona. Es cierto que no es fácil llegar allí, ya que no está en la carretera, sino el medio ambiente y la tranquilidad que respira, en la misma naturaleza, bien merece la carretera, que está bien indicado en el camino a la colocación de los niños. el equipo de restaurante azul era muy agradable para nosotros, haciendo de la comida una gran experiencia, recomendando en todo momento de acuerdo a nuestras preguntas. Optamos por dos entradas para compartir, queso de cabra y pastel de atún, exquisito. como plato principal apostamos por el singlemillo, tanto a pimien...