Cocina de fusión afinada con buen producto, local pequeño y apretado pero agradable. Selección de vinos interesante y a buen precio. Un punch de pasión y simpatía no les iría mal a las camareras, que son correctas, sin más, pero no a la altura de la genuidad de los platos que salen de la cocina. Un top 3: la mejilla de ternera, la caballa y los mejillones thai. 40€ por persona con vino, postre y cafés.
Todo es delicioso, refinado y con sabores exóticos bien equilibrados. Bistro en pretensión. Nunca decepcionado. Siempre hay algo nuevo en el menú. Bien hecho.