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Después de mucho tiempo sin ir, me dispuse a ir a este restaurante de polígono, en el cual se comía muy bien. Y te alegrabas la vista. La comida deja mucho q desear...el menú ha subido, pienso que por el covid, pero lo más chocante es que ya no hay camareras busconas, que te dejaban entrever su delantera con una sonrisa pícara e incluso tocar... ahora hay un camarero rellenito mal hablado y con un hedor que tira para atrás.. La crema de calabacín agria, el solomillo seco y el helado que parecía una cueva llena de estalactitas que a saber cuántas veces se descongeló ... En fin...no volveré a ir .. "beatus ille "que se decía en latín...feliz aquel .. siempre el pasado fue mejor. Ahora para ver...