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Al llegar, la persona que parecía el dueño, me contestó de forma desagradable dónde había hecho la reserva y porque nadie le había avisado, se quejó a la camarera y a mí por no haber llamado. Éramos seis personas, mi marido y nuestros hijos, y el local estaba prácticamente vacío el domingo al mediodía. La otra camarera que nos tomó nota no parecía profesional, le teníamos que ir diciendo que faltaba gente por pedir y que no había preguntado por las bebidas. Pedimos hamburguesas, se las comieron bien pero los dos entrecot estaban muy hechos. Es un restaurante al que no volveremos