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Cuando nos sentamos a cenar ya nos avisaron que no había una gran parte de la carta como unos simples sandwiches y hamburguesas. Pero como íbamos con las peques nos quedamos porque ya era tarde para cenar para ellas. Decidimos por una sartén de huevos rotos con chorizo, y muy escasa para lo que vale, demasiado pequeña. La croquetas de bacalao fatal. Las de jamón bueno. Los que atendían muy majos. Recomendación, no podéis quedaros sin cosas en plena estación vacacional. Y 37€ al final para quedarnos con hambre.