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Me recuerda este lugar a una de las villas de la Toscana que suelen aparecer por ese lugar italiano; es un lugar romántico, con bello jardín, una magnífica piscina, y bonita arquitectura, pero la restauración no está a la altura. Comer en la terraza es delicioso, el jardín está muy bien iluminado, las mesas bien puestas, pero ese menú de 23 euros sin bebida es caro para lo que ofrecen. Pedimos la quiche y ensalada de primero, la pasta muy mejorable y la ensalada falta de gracia, de segundo bacalao gratinado con ajos confitados muy regular, o un solomillo ibérico con salsa de boletus rodeado de unas patatas incomibles por lo duras. Es algo que hay que solucionar con urgencia ya que el sitio m...