El típico Frankfurt de antaño,de los que no quedan. El servicio es muy agradable, tanto por parte del dueño,como de la chica. Pare allí de paso, a más de las 3 de la tarde y nos atendieron muy bien. Comimos unos Bratwurst muy buenos,con un pan rico. Destacar una salsa específica para Frankfurt, que esta riquísima. Volveré!