Buena ubicación del local, cerca del castillo y el puerto. Terraza amplia y con buena separación entre mesas. Servicios, al menos el de señoras (o sirenas) amplio, limpio y con buen olor. Las raciones de buena cantidad por lo que la relación calidad-precio es perfecta. La única pega es que en ocasiones el que los camareros estén tan pendientes me agobia un poco, parece que están deseando que acabes para quitarte el plato.