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En primer lugar tengo que decir que el Restaurante ha cambiado de dueños, y que el servicio es esmerado y personalizado. En todo momento te sientes como en casa, el local es muy pintoresco y acogedor, además dispone de una terraza de verano que da a la Av. Castilla y otra en la trasera que conecta con el Paseo Anselmo Balaguer, donde los niños pueden jugar mientras te tomas un picoteo. Tienen menú del día (8`50 euros) muy proporcionado para la calidad de los productos que ofrece y la carta muy adecuada, entre 15 y 20 euros, dependiendo siempre de la bebida claro esta. Nosotros cenamos el otro día en 18 euros por comensal. Unos entrantes de pulpo a la gallega servidos en tabla y con unas pata...