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Estuvimos en este hotel de casualidad, cogimos un viaje sorpresa y nos tocó Barco de Ávila. El hotel es una pasada, las habitaciones son muy espaciosas, lo que más me impresionó son las vistas desde la ventana, parecía un cuadro. La cama y las almohadas son un acierto, son muy cómodas y reconfortantes. Si tuviera que ponerle alguna pega, simplemente sería que se fue la luz un par de veces en todo el hotel y que algún rincón estaba un pelin sucio, aún asi le sigo poniendo 5. Creo que ha sido el único hotel donde no hemos escuchado absolutamente nada de ruido (quitando algún maleducado que cierra las puertas muy fuerte y grita por el pasillo pero es no es culpa del hotel). La ubicación esta mu...