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Me pareció caro: pedimos unas gambetas gabardina, 2 platos de arroz (uno de marisco y otro de verduras 2 cañas y 2 cafés. Nos sirvieron también, haciendo ver que fue un malentendido, un platito de almejas guisadas (18€ de las cuales la mitad estaban cerradas. A la hora de tomar postre, dijeron que lo único que podían servir era una “pequeña pasta de hojaldre típica de Portugal” Total 82€ que además tuvimos que pagar en efectivo argumentando que el datáfono no les funcionaba. Comida sabrosa si, pero tampoco nada del otro mundo. Incluso el arroz de verduras algo “seco”. Trato al cliente correcto. Higiene del local …. mi pareja no pudo entrar en el baño al ver su lamentable estado. No volveré.