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Fuimos porque nos recomendaron los arroces y, la verdad, no volvería: El servicio muy bien, camareros amables y atentos. Tuvieron que ponernos hasta 3 velas de citronella para intentar ahuyentar el enjambre de moscas que se formó en la terraza, muy molestas, que hicieron que toda la comida fuera una experiencia poco agradable. En cuanto al arroz, pedimos el del señorito, por comodidad, y nada del otro mundo. Habiendo comido tantos en la C. Valenciana, Galicia, Madrid… que lo superan con creces. No es uno de esos platos que uno desea volver a ese sitio para comerlo otra vez. Personalmente, no volvería, aunque tampoco diría que es un mal sitio. Simplemente no es la cocina que yo busco