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Es un restaurante muy bonito y los camareros son muy majos. La comida está riquísima, al menos lo que nosotros probamos: croquetas, burrata con pesto y tomates cherry y solomillo con yuca y salsa de soja. Los cócteles también están muy buenos. Hay una tienda muy muy bonita y muy muy cara que os gustará ver. El único fallo, que a mi me parece tremendo aunque subsanable, es que el restaurante está abierto y sin aire acondicionado Comer a 34 grados de calor resulta insoportable solo con un ventilador a más de 6 metros de la mesa y compartido con otras cuatro. Deberían buscar una solución para que la estancia sea magnífica y acompañe a lo buena que es la comida y el servicio