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Lo visito cada año varias veces y siempre es excelente. Pero, si cabe, año tras año se esmeran más. Los menús de mediodía a 23€ son una maravilla, las sardinas super frescas y gustosas, los mejillones de fábula y el entrecot siempre espléndido. Pero es que la terraza es diáfana, cuidada y con un homenaje al nombre del restaurante con una plantación en los márgenes de tomateras que dan un carácter especial al lugar. Pero lo mejor de todo: la atención y el trato, inmejorable. UN DIEZ!!!